Un Viaje a costas del Pacífico
- misdiariosdeviaje
- 10 feb 2018
- 1 Min. de lectura
Planificar este viaje fue más difícil que el anterior. Bolivia suponía un circuito simple de seguir, mientras que el Chile de mi idea original implicaba recorrer cuatro veces el mismo territorio para poder hacer la ida y vuelta desde Santiago. Un vuelo desde Buenos Aires me impulsaría luego a viajar al sur del país transandino por tierra para volver a subir hasta Arica y luego regresar a Santiago. El plan me parecía costoso y redundante. Pero por suerte surgió Perú para aclararme las ideas.

Con el país inca como alternativa, como la pieza de rompecabezas que solucionara todo, me dediqué a planificar sobre el mapa. El plan de viaje ideal nacía en Santiago de Chile, luego Valparaíso, La Serena, Antofagasta y por último Iquique en el país transandino. De allí el salto a Perú.

Lograr atravesar la frontera era en principio un desafío. Llegar a Tacna para recalar rápidamente en Arequipa. De la Ciudad Blanca al Ombligo del Mundo, el Cusco. Allí se abriría un abanico de posibilidades con lugares para conocer, con Machu Picchu como la gran meca. Luego seguir camino por Ayacucho, campo histórico para la libertad de América, y el oasis de Huacachina. Seguir por Paracas y terminar en los barrancos de Lima.

Con el mapa extendido en la cabeza, la mochila preparada, los dólares necesarios y el espíritu aventurero listo me lancé a este viaje que inspiraba mis sentidos. Volver a sentir la adrenalina de lo imprevisto, sentir la calidez de la gente, encontrar una mano amiga aunque desconocida, conocer nuevas latitudes y reencontrarme con la ruta eran mis motores.
Este es el comienzo de un nuevo Diario de Viaje...
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