Pasos por el Malecón y la vuelta a casa [Lima - PERÚ]
- misdiariosdeviaje
- 10 feb 2019
- 2 Min. de lectura
Viernes 2 de Febrero, 2018
(Lima, Perú)
Me desperté con energía en mi último día. Mi objetivo era llegar a Chorrillos y comer en lo de “Sonia” (el mejor cebiche del Perú). Como el día anterior, desayuné bien fuerte y salí a caminar.

Caminé los 8km que atraviesan los barrios de Miraflores, Barranco y Chorrillos al Sur de la ciudad. Asombrado por los barrios de clase alta que contrastaban tanto que lo que había visto de Lima hasta el momento, logré llegar a mi destino.

Desde el Malecón de Chorrillos se veía la playa de arena y un puesto de pescadores. Gaviotas, camarones y pelicanos le daban sonido al vaivén del mar. El viento salado, una caricia.

Logré encontrar el restaurante de Sonia en una zona un poco peligrosa si se va poco atento. Allí pedí el cebiche y lo comí con la música de un piano en vivo. La verdad que estaba increíble.
Tomé la buena decisión de volver caminando por la playa y no en bus. Gracias a eso, pude disfrutar de mis últimas horas de Pacífico. La caminata bajo el sol, costó un poco y me quemé bastante la piel pero realmente valió la pena andar a orillas del mar.
En la plaza de Miraflores compré un pasaje para el bus que te lleva al aeropuerto y comencé a idear la vuelta. A las 19:30 tomé el bus y a las 21 ya estaba en el aeropuerto cenando en un Mc Donal´s.

Despaché equipaje a las 22:30 y a las 1:30 de la madrugada subí al vuelo 805 de SKY Airlines rumbo a Santiago de Chile. Perú quedaba atrás y un increíble viaje cargado de vivencias también.
CHILE
Sábado 3 de Febrero, 2018
(Santiago de Chile, Chile)
Llegué al aeropuerto de Santiago y cambié los 6 USD que me sobraron de la compra de un perfume en el free shop. Con eso desayuné un café y comí unas rosquillas.

Desde las 7 hasta las 10:30 tuve que hacer tiempo para abordar el vuelo a Buenos Aires. Finalmente, a las 13hs emprendí el regreso final. Con el cielo limpio, cruce la Cordillera de los Andes.
ARGENTINA
Sábado 3 de Febrero, 2018
(Buenos Aires, Argentina)
Crucé la Cordillera y me sentí en casa: seguro y protegido. En Ezeiza me esperaba mi familia. Con mi hermanita de 4 años súper emocionada de verme, pude hacerme unos minutos para dormir contra el vidrio para poder soñar aunque sea un ratito con todo lo que había visto.
Comments