Día de Playa y Sol [Montañita - Ecuador]

Domingo 30 de Diciembre, 2018

(Montañita, Ecuador)

Retomo el diario un día después. Ayer fue un gran día. Empezamos en la playa, a donde lleve unos libros para vender sin mucho éxito. Nos metimos en el mar y el agua estaba deliciosa: caliente y refrescante a la vez.

Compramos una pelota y jugamos al futbol-tenis hasta aburrirnos. La pasamos muy bien pero cometimos el error de ponernos a leer bajo el sol del medio día. Ahora tengo toda la panza quemada.

Volvimos al hostel Tierra y Mar y nos fuimos a almorzar a “La Jacinta” un camping que sirve barato, rico y abundante. Pedí un salchipollo y Azul una hamburguesa completa.

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Por la tarde nos quedamos en el hostel curando las quemaduras leyendo en las hamacas. Cerca de las 17 bajamos al pueblo para averiguar los pasajes a Canoa y nos dijeron que hay que ir a Manta por 6 USD y de allí al pueblo de pescadores. Caminamos y encontramos una calle que no habíamos visto todavía. Bajamos al malecón cerca de las 18 y vimos como se ponía el sol.

El paseo y las fotos que sacamos fueron mágicas. En el lado “joven” de Montañita había fiesta así que nos acercamos un rato y volvimos al hostel.

Tomamos algo de dinero y volvimos para la cena. El clima era templado y los precios altos en el centro. Las calles estaban inundadas de gente y música a todo volumen. Pedimos unos sanguches de lomo saltado que venían con choclo, cebolla y picante. Lo acompañamos con una cerveza fría en una escalera a orillas del mar. Fue una noche mágica.

Cuando volvimos al hostel tuvimos una charla con Eduardo (el dueño del lugar) y nos contó sobre la tradición de quemar muñecos en fin de año. Además nos contó (e intentó seducir) que una empleada suya llegaba a cobrar 1000 USD por mes. Pudimos comprobar un poco también del conservadurismo de la región. La mirada sobre las drogas, las mujeres y el matrimonio no se ajustan a la mentalidad de los que habitamos las ciudades más cosmopolitas. Algo que vemos muy repetida es la actitud hacia las mujeres y el trato secundario que le dan. A la hora de pagar, ofrecernos un servicio o simplemente conversar siempre dejan a Azul de lado. El machismo está fuertemente arraigado aquí.