El Paraíso del Arte [Valparaíso, Chile]
- misdiariosdeviaje
- 28 feb 2018
- 2 Min. de lectura
Miércoles 10 de Enero, 2018
(Valparaíso, Chile)
Me levanté a las 8:30, me bañé y desayuné antes de partir rumbo a la estación de buses. Para llegar tomé el metro de la estación “Unión Latinoamericana” hasta “Universidad de Chile”. En mi interior un cosquilleo volvía a recorrerme las tripas. Me sentía nuevamente de viaje, sin comodidades, lanzado a lo inesperado. La conexión con la terminal de buses era excelente, casi sin darme cuenta estaba esperando mi vehículo a Valparaíso con salida a las 11 A.M. Salió puntual.
La ruta que une Santiago con Valparaíso recorre valles vitivinícolas en donde los colores de las sierras y plantaciones hacen el viaje bastante entretenido. Llegué a mi destino en medio de un caos de transito. Lo primero que veía no me gustaba. Retiré el equipaje y tomé el primer taxi que vi.

El embotellamiento, las bocinas, la basura, los cables y un taxista medio loco que lanzaba “conchatumadres” por la ventana me espantaron un poco de la ciudad de la que todo el mundo me hablaba. Llegué al hostel “La Valija” cerca de las 13:30, pagué el taxi (6000 CHP) y me hospedé.

El lugar era muy cómodo y la chica de la recepción me trató excelente. Desplegó un mapa de la ciudad y me mostró los lugares que podía conocer durante mi estadía en el Cerro Concepción. Debajo del hostel había un café que servía un almuerzo bastante barato (3900 CHP) con entrada y jugo exprimido de la casa. El ambiente era muy bohemio con un son cubano sonando de fondo me hizo disfrutar de una comida con arroz carne, tomate, orégano y albaca (no sé bien el nombre de ese plato pero estaba genial).

Volví con la idea de dormir un poco, pero mi cama estaba sin hacer por lo que salí a conocer los alrededores.
Los edificios repletos de murales revitalizaban las antiguas casas de puerto. Con un aire a caminito, el cerro deja que uno se pierda entre las callejuelas adoquinadas, los viejos conventillos estaban reconvertidos en cafés, hostales, salones de venta de suvenires, casas de fotografía. La explosión de arte hace del sitio algo único a los ojos. Regresé al hostel con las gaviotas, los gatos y los perros como compañeros incansables.

Compré algo de jamón, pan y tomate para merendar y cenar (tengo que bajar costos). Comí en la cocina del hostel y me fui a acostar con mi cama mirando a la bahía. Lentamente me fui quedando dormido con esa foto en movimiento frente a mis ojos. Valparaíso me había encantado literalmente y merecía algunas noches más para seguir conociendo sus secretos.
Gastos:
Taxi: 6.000 CHP
Hostel: 10.000 CHP
Almuerzo: 3.900 CHP
Cena: 1.900 CHP
Ascensor: 100 CHP
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